«Ansiedad en tiempo de selfies»
El otro día metí la pata fuerte. Llame a una clienta para re organizar una reunión que había quedado sin definir, y entre mensajes, presupuestos y audios le dije algo que cuando lo volví a escuchar estaba muy fuiera de lugar.
Para que me entienda ustedes querido lector, yo estaba tendiendo camas, pelando papas, acomodando juguetes y como cuarta cuestión respondiendolé a un cliente, que no conocía y con quien nunca había tenido contacto en la realidad. Estos detalles ponen en manifiesto como solemos actuar con quien esta del otro lado del móvil hablando con nosotros de manera casi instantánea.
Cuando mandé el audio y ella respondió que no le parecía lo que yo había dicho lo volví a escuchar y me di cuenta que tenia toda la razón. Pero la acción ya estaba realizada, o como decimos por acá “ya me la había mandado”
Le pedí disculpas, no una, sino varias veces y ella las aceptó pero la reunión no se llegó a concretar. Aún hoy pienso en lo que debería haber dicho, lo que debería haber escrito o como deberían haber sido mis devoluciones.
Todas imágenes de un pasado que no existe y un presente que no conozco.
¿Te pasa quedarte enroscado en realidades que no existen? “¿Qué hubiera sido si…?” “Yo tendría que haber dicho…” “si no hubiera gritado de esa manera…”
Me quedo tranquilo con lo que tengo que aprender de lo sucedido. Con lo que tengo que hacer de ahora en mas. Con mi conciencia (que es lo más importante) pero suelto lo que “no fue y debería haber sido”
En este post lo suelto, porque en la diaria cuesta. Aceptar, soltar y seguir, aún cuando la ansiedad en tiempos de selfie te manda notificaciones cada dos por tres.
Será que hay que tomar valor, como ese que busco bien adentro cuando estoy entrando al mar y siento que el agua esta fresquita, a sabiendas que luego no voy a querer salir.
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