El mandatario ruso inició una frase que denotaba tranquilidad y la terminó con una amenaza para los países vecinos. «No agraven la situación», tiró.
Ni las sanciones económicas impuestas, ni la condena mundial. Tampoco pudo frenarlo el peligro que causó al bombardear la central nuclear de Zaporizhzhia en Ucrania. Al parecer, Vladimir Putin tiene planes en caso de que la situación se le complique más de la cuenta y otros países decidan intervenir de alguna manera en el conflicto.
”Quiero volver a subrayar, y lo hemos dicho siempre, que no tenemos malas intenciones en relación con nuestros vecinos. Pero no agraven la situación, no impongan limitaciones» señaló el jefe del Kremlin, iniciando con tendencia pacifista y terminando con una amenaza directa.
Putin aseguró además que Moscú «cumple y seguirá cumpliendo con todos sus compromisos», haciendo caso omiso a las acusaciones de crímenes de guerra contra civiles en territorio ucraniano.
