Trabajando de forma mancomunada con Irrigación desde 2019, el municipio ya logró más de 30 mil metros de canalización, logrando un uso eficiente del recurso.
En un esfuerzo colaborativo que se ha mantenido desde 2019, el municipio de Guaymallén y el Departamento General de Irrigación han estado trabajando en un proyecto hídrico de gran envergadura. Esto no solo marca un hito a nivel departamental, sino también provincial, ya que la comuna se ha convertido en la pionera en llevar adelante esta innovadora iniciativa.
La esencia del proyecto radica en el revestimiento de los canales ubicados en zonas rurales. El propósito es crear una red integrada que genere beneficios significativos. Al reemplazar las antiguas canalizaciones de tierra, se reduce la proliferación de vegetación no deseada y la acumulación de sedimentos. Además, se eliminan las filtraciones y pérdidas de agua, se protege el estado de las carreteras y se contribuye a mejorar la calidad de vida de los residentes y productores locales.
A lo largo de estos años se han establecido metas auspiciosas y se han realizado inversiones sostenidas, a pesar de los incrementos constantes en los costos de los insumos. En 2020, se logró la canalización de 4.050 metros. Al año siguiente, se proyectaron 6.000 metros, pero la realidad superó las expectativas, concretando 8.600 metros. En el 2022, la meta fue de 8.000 metros, sin embargo, se sobrepasó significativamente al revestir más de 12.000 metros de canal. Durante este año, se han materializado 5.900 metros adicionales. Como resultado, la longitud total acumulada de canales revestidos ha superado la marca de los 30.000 metros.

El acuerdo que impulsa este proyecto opera como un sistema tripartito. En este enfoque, la comuna aporta los materiales necesarios, como hormigón, hierro, alambre y aditivos, así como también el combustible y el transporte de áridos. Por su parte, el organismo provincial aporta experiencia y conocimientos en ingeniería, además de contribuir con el movimiento de tierras requerido. Finalmente, el regante asume la responsabilidad de la mano de obra, completando así esta colaboración integral que está transformando la realidad de la comunidad rural.