

La banda liderada por Robert Smith fue el número final del sábado en Parque Sarmiento.
The Cure siempre fue una banda que no siguió ni una pauta y no lo iban hacer esta vez. Este sábado en Primavera Sound Buenos Aires fue turno de la banda de cerrar el día de conciertos y sorprendió a sus fans con un show de más de dos horas y media, un lapso bastante superior a lo que suelen entregar los números de cierre en los festivales.
Después del calor de la tarde, el clima de la noche se acomodó en unos ideales 22 grados para que la experiencia fuera lo más cómoda posible dado el contexto. El audio, nítido y potente, permitíó el disfrute desde casi cualquier punto cercano al escenario, así como las pantallas amplificaban las figuras de estos tipos añosos y curtidos en mil batallas. A juzgar por el sol argentino que Robert Smith lució en su remera negra (que llevaba el labial rojo corrido al igual que el cantante) anticipaba que se venía una más en el extenso recorrido del grupo.
Unos ecos que sonaron como truenos hicieron de intro hasta que el ruido de lluvia se transformó en “Alone”, la primera de la noche, a la que le siguió “Pictures of You”, para provocar un coro de suspiros. Casi once años después de su último show en Buenos Aires, y siempre bajo unos focos blancos, ahí estaba el (des)peinado imposible de Robert, su voz quebrada hasta el drama y entrelazada a la electricidad de las cuerdas de Reeves Gabrels, la labor de Mike Lord en los teclados (reemplazante del titular Roger O’Donnell) que más que notas y acordes soltó atmósferas, el tandem edificado por Simon Gallup y Jason Cooper que fueron variando el pulso de acuerdo a lo que pedían las zapadas que estiraron los temas hacia nuevos lugares, como las versiones voladas de casi diez minutos de “A Forest” o “End song”.
Con el último resto de energía, la multitud se entregó a “Friday I’m in Love” y “Close to me”, momento en que el cantante dio otra de sus caminatas espectrales, sintonizando con sus propias melodías, y se pasó al escenario que estaba al lado para que el público que estaba ubicado en ese costado del predio pudiera verlo bien de cerca. Luego “Boys Don’t Cry” marcó la despedida y el coro argentinizado de la melodía sorprendió al grupo, quien se despidió prometiendo volver. “You’re fuckin’ wonderful”, certificó Robert.



