El jefe de Gobierno porteño intervino ante las quejas de vecinos y cerró la circulación en dos cuadras. Los militantes K, que deberán quedarse fuera de esa zona, denunciaron «persecución».
Mientras desde los sectores más duros del kirchnerismo ya se anticipa que las manifestaciones «de aguante» a Cristina Kirchner, luego del pedido de condena del fiscal Diego Luciani por corrupción, seguirán hasta diciembre, el Gobierno porteño decidió intervenir en la situación planteada frente al departamento de Cristina Kirchner en la esquina de Uruguay y Juncal, limpiando la zona e imponiendo un vallado en el que «ya no podrá haber militantes».
«Todo el que venga a apoyar a la vicepresidenta deberá estar fuera de ese vallado», se limitaron a indicar desde la comuna, y lo cierto es que la administración de Horacio Rodríguez Larreta estaba en una encrucijada por esas continuas marchas y actos de adhesión a Cristina en esa esquina, que incluyeron las tradicionales parrillas con choripanes, con cánticos y bombos.
Las repercusiones no tardaron en llegar: varios manifestantes denunciaron «persecución», algunos hablaron de «censura» y algunos medios afines al gobierno criticaron duramente a Larreta. ¿Cómo seguirá la cuestión?