Cecsagal es mucho más que una cooperativa eléctrica: la Fundación viene trabajando desde más de una década acompañando proyectos que ayuden a brindar un mayor bienestar a la comunidad de Alvear.
La institución ya llevaba 60 años de vida y siempre buscó formas de aumentar su capacidad de trabajo, no sólo en lo referente a servicios, sino también en todo lo que pudiera ayudar a la comunidad de General Alvear. Así fue como se creó la Fundación Cecsagal, una entidad intermedia que inició en 2010 y ha generado un gran impacto en la sociedad.
«Apoyar la generación de herramientas que permitan alcanzar el desarrollo humano (en el más amplio sentido) promoviendo y articulando acciones sociales e institucionales de responsabilidad social mediante el desarrollo de programas y proyectos dirigidos a fomentar el progreso para alcanzar una mejor calidad de vida y bienestar de la comunidad» reza el sitio oficial, haciendo referencia a la misión.
Si bien existen ayudas económicas (con dinero en efectivo) y de diferentes cosas materiales, se trata de un modelo que busca colaborar con herramientas para la autogestión: es decir, achicar el camino para que sea la comunidad la que encuentre el desarrollo y las soluciones.
Para graficarlo con ejemplos, las últimas intervenciones de la Fundación Cecsagal fueron la donación de una bicicleta al CENS Darío Ojeda (la utilizará una alumna que vive muy lejos de la institución) y la compra de la bandera de ceremonias para la Escuela Amado Sad.
