Una personalidad fuerte es un concepto que se confunde. Y es que hay mucha ambigüedad con respecto a la definición de personalidad, carácter y temperamento. Un individuo resiliente puede adaptarse y superar las adversidades.
¿Qué es tener una personalidad fuerte?
Se puede decir que la personalidad fuerte es propia de una persona con resiliencia, esta es, la capacidad que tiene una persona para adaptarse positivamente a situaciones difíciles y superar la adversidad.
Acá te contamos cuáles son esas características
+ Ser optimista es la tendencia a enfrentar las dificultades con buen ánimo, perseverancia y esperanza. Es un enfoque que nos permite encontrar soluciones, ventajas o posibilidades cuando se atraviesa por dificultades.
Si somos positivos y optimistas es más sencillo que aceptemos las responsabilidades de nuestras acciones, y aprovechemos el tiempo para mejorar y superarnos.
+ Desarrollar tolerancia a la frustración permite mejorar la estabilidad emocional y revela o refleja una personalidad fuerte. Es importante ser tolerante cuando alguien o uno mismo comete algún error.
Debemos recordar que nadie en el mundo es perfecto, y que todos cometemos equivocaciones. Esto nos ayudará a ser más flexibles con los demás y con nosotros mismos.
+ La inteligencia emocional es un signo de madurez, que permite aprender a regular las respuestas. Puede traducirse como la capacidad reconocer y manejar los sentimientos propios y ajenos, facilitando el comportamiento interpersonal.
La inteligencia emocional se relaciona con el éxito y puede usarse a nuestro favor para mejorar la productividad y el bienestar psicológico, y es un rasgo propio de una personalidad fuerte.
+ La pasión es la energía inagotable que impulsa a las personas a seguir sin importar límites o dificultades. Esta es de gran ayuda, pues permite sentirse realizado y disfrutar del trabajo, aún ante la falta de reconocimiento y de otros estímulos. Además, ejerce una influencia positiva, al experimentar niveles más altos de emociones positivas, de concentración y el deseo de realizar bien la tarea.
Esto favorece el empoderamiento de la persona y su capacidad de afrontar los retos que surjan, independientemente de la ayuda externa. En este orden de ideas, una personalidad fuerte no suele anteponer excusas para lograr su cometido.
+ La motivación es un sentimiento que surge a partir de un alto grado de implicación para alcanzar alguna meta. No solo para la satisfacción de necesidades básicas, sino aquellas relacionadas con la autorrealización.
En este rango también se incluye el deseo de alcanzar eficiencia y calidad. Por ende, la motivación puede ser autodeterminada, iniciada y regulada por elección propia, lo que origina la consecución de metas previamente anticipadas.
Es así como la motivación se convierte en el motor interno que conecta la mente, voluntad e interés para realizar objetivos de manera positiva, alegre y esperanzadora. Y quienes tienen una personalidad fuerte, se mantienen siempre automotivados.
+ Cuando el individuo no se detiene hasta cumplir con todos los objetivos planteados, suele concluir sus tareas, sin procastrinar. Asimismo, asumen la responsabilidad de sus acciones, sin esperar que alguien más haga las cosas por ellos.
+ Otra es la independencia de carácter y la autonomía para tomar decisiones y emprender acciones. Normalmente, estas personas no están esperando que les digan qué hacer y cómo actuar, sino que, ante cualquier situación o eventualidad, evalúan y proceden, de manera proactiva.
+ Cuando pasamos por dificultades es difícil permanecer en nuestro centro, incluso somos críticos con nosotros mismos. Sin embargo, la aceptación de las circunstancias y el ser flexibles permitirán enfocarnos en aquello que sí podemos cambiar, y ver los cambios como nuevas oportunidades de crecimiento.
+ Generalmente, el ser humano aprende a través de ensayo y error. En este sentido, las experiencias son una gran fuente de conocimiento personal, que servirán para crear estrategias a la hora de enfrentar eventos difíciles en la vida y superarlos con alegria.
¿Se puede aprender a tener una personalidad fuerte?
En conclusión, una personalidad fuerte requiere de cierta predisposición biológica; no obstante, la mayoría de las habilidades para ello son y pueden ser aprendidas. Por lo tanto, nunca es tarde para comenzar a ser una persona más resiliente.