
Por qué le damos vueltas a lo mismo todo el tiempo?

Todo el mundo ha dado vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño porque no se quita de la cabeza un informe del trabajo o un problema familiar. Los pensamientos acuden una y otra vez a la mente de manera repetitiva y sin encontrar solución. Ese darle vueltas a las cosas se llama en el ámbito de la psicología rumiación y está detrás del 40 % de los problemas deansiedad de la población y del 30 % de los de depresión.
La predisposición biológica y las experiencias vividas explican, en cierta medida, la aparición de los problemas de salud mental, pero lo que verdaderamente explica el mantenimiento o empeoramiento de las dolencias mentales son las estrategias que se utilizan para regular lo que se siente. En este sentido, la rumiación es la principal estrategia silenciosa que aleja a las personas del bienestar.Bienestar emocional
Lo que las personas hacen con sus sentimientos les pueden alejar o acercar al bienestar emocional. En este sentido, se identifican tres respuestas poco útiles que conducen a la ansiedad y la depresión y, por tanto, alejan a los ciudadanos del bienestar:
Reprimir lo que se siente
Rumiar la situación o el problema
Desconocer las causas del malestar emocional
Dos ejemplos de estrategias poco útiles ante un problema de pareja pueden ser: darle vueltas a la forma en que se reaccionó en una discusión pasada, de manera obsesiva y en bucle (rumiar) o anticiparse a consecuencias negativas como la ruptura, sin que hayan llegado a suceder.Estrategias
Existen estrategias que acercan a las personas al bienestar y que previenen la ansiedady la depresión y, por tanto, ayudan a tener una mejor salud mental. Estas se basan en identificar las emociones, comprenderlas y reevaluarlas y son habilidades se pueden entrenar y mejorar, tanto en contexto clínico como en el educativo. Un ejemplo de reevaluación de emociones es el de reinterpretar la frustración: «No conseguir algo que quiero no implica que no sea capaz, que no sea lo suficientemente válido».Cuando la rumiación no se trata de forma adecuada o no se saben gestionar las emociones de forma eficaz, pueden aparecer problemas más graves de salud mental. Y en este sentido, las cifras confirman que hay una consecuencia directa con el consumo de ansiolíticos o antidepresivos.



